En este museo, los visitantes obtienen acceso a dos de las pocas partes que quedan de las antiguas murallas de la ciudad: la Puerta de Florián del siglo XIV y la Barbacana del siglo XV. El primero fue una vez la entrada principal a la ciudad, y el segundo era un bastión redondo con siete torres que brindaban seguridad adicional. Había una vez un puente que unía la puerta y la barbacana sobre un foso.